La violencia doméstica no siempre sigue un ciclo o patrón predecible, pero en ocasiones hay señales de que una persona pudiera estar en riesgo de daños graves o violencia fatal. Los siguientes comportamientos o circunstancias pueden aumentar esos riesgos:
- ¿Su pareja lo/la ha lastimado o amenazado con un arma?
- ¿Posee o tiene fácil acceso a una pistola?
- ¿Su pareja lo/la ha estrangulado o asfixiado?
- ¿Se ha ido, separado o divorciado recientemente de su pareja? ¿Está considerando hacer cualquiera de estas cosas?
Con frecuencia, ocurren cosas en la vida que empeoran el maltrato, dificultan la búsqueda de ayuda o la decisión sobre qué paso dar a continuación. Es importante entender los obstáculos de la vida que también están afectando su seguridad.
- ¿Qué tan difícil es pagar por lo más básico tal como los alimentos, la vivienda, la atención médica o los servicios básicos?
- ¿Tiene transporte confiable?
- ¿Ha tenido malas experiencias al tratar de buscar ayuda en el pasado?
- ¿Con qué frecuencia ve y habla a las personas que le importan y con las que se siente cercano(a)?
- ¿Tiene una guardería seguir, constante y asequible?
Los niños con frecuencia ven, escuchan y sienten el maltrato que está ocurriendo en sus hogares. Considere algunos de los siguientes aspectos cuando piense en la seguridad de sus hijos:
- Asegúreles a los niños que las palabras o acciones violentas en casa no son su culpa y que no son responsables de detenerlas.
- Prepare a los niños respecto a qué hacer durante una pelea en casa para minimizar su exposición. Desarrolle palabras clave de ser necesario.
- Comuníquese con los cuidadores en relación a quién tiene permiso para recoger a sus hijos. Asegúrese de que reconozcan a esas personas.
- Comparta copias de las órdenes de protección con la escuela o guardería de sus hijos.
- Planifique los intercambios de visitas y las visitas no supervisadas.